miércoles, 18 de diciembre de 2013

18-12-2013

El joven se encontraba recostado en el sofá, aburrido de su propia vida. Cambiaba de canales sin siquiera detenerse a observar el contenido de cada uno, la calefacción no era suficiente, estaba congelándose. Detestaba tanto el frío, su nariz y mejillas se volvían rosadas, sus manos se helaban y lo único  que lograba aliviar esa molestia eran los abrazos de su compañero de apartamento y ahora novio, Logan.
Si bien ahora podría estar tomando un chocolate caliente en la comodidad de su cama le era más agradable  esperar a su pareja recostado en el sofá mirando aburridos programa de televisión. Ojeo el reloj de pared unas veinte veces antes de decidir ir a su cuarto a recostarse, realmente, el frío no era su amigo.
La oscuridad de la habitación, de alguna manera, lo obligaba a pensar en Logan. Recordó el momento en el que se le confesó y en lo vergonzoso que fue para él.

-Pero no soy perfecto...- Susurró a la oscuridad del lugar mientras pequeñas y redondas lagrimas se desprendían de sus enormes ojos azules.

-Lo sé pero tu imperfección es perfecta para mí...-La sonrisa de Logan era tranquilizadora, la distancia fue acortándose, las respiraciones chocaban y aquellas lagrimas se convirtieron en hermosas sonrisas. 

Tan solo recordarlo hacía que sus mejillas se decoloraran. ¿Cuánto había pasado desde aquel día? ¿Un año, dos...? Había perdido la cuenta hacía mucho tiempo, sujeto con firmeza la almohada junto a él. Logan no tardaría en llegar y aunque el sueño estuviera presentando batalla, quería estar despierto para recibirlo.
El ruido chirriante de la puerta abriéndose, dio por entendido que el de sonrisa tierna había llegado.

-Max, ya llegue...

Sus palabras quedaron en la nada ante la escena. Max se encontraba abrazado a una de sus almohadas, estaba levemente sonrojado y con una preciosa sonrisa en el rostro. Una pequeña nota se encontraba en la mesita de noche.

Nota*

 ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que me enamoré de ti?

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